sábado, 28 de noviembre de 2009

Una mañana en la Cueva de Bermún


¡¡Esta si que es una cueva!! Si uno/una realmente tiene interés en sentirse "estrujado" por las rocas, aprisionado por la naturaleza, no hay que ir a Valporquero, ni a El Soplao, sino a la Cueva de Bermún.
Moverse por ella da una sensación similar a estar dentro de una lata de sardinas, continuamente preguntándote si realmente has entrado en la cueva correcta o te has metido por la rendija de una roca. ..."Sí, tiene que ser por aquí"-insinuo-..¡Pero si casi no cabemos!...-me dice mi compañero-...-Pués si otros entraron antes, no hay motivo para que no lo hagamos nosotros-decimos los dos-...La topografía por lo menos se corresponde.
Emilio del Rio, del G.E.S. Brigantium, en una posición complicada

Después de continuas dudas, llegamos al final de la cueva, a la "Sala ártabros", llamada así por el club de espeleología Artabros que tuvo el valor de explorar y topografiar la cueva. Aunque no es una sala muy grande, por fin nos podemos mover a nuestras anchas.
Sin embargo las dudas nos asaltan...¿Qué pasaría si ahora tuviéramos un accidente, rompiéramos por ejemplo algún hueso?...Para sacar una camilla por la boca de entrada habría que dinamitar buena parte de la cueva; quizás sería mejor perforar la montaña y acceder a la sala por un pozo vertical al estilo francés.
Para más suspense, los que exploraron la cueva aconsejan vigilar las lluvias, pués al llevar un pequeño río por dentro si se visita en la época inadecuada podría convertirse en una trampa.
En fin, desechamos todos estos pensamientos de nuestra cabeza y nos dedicamos placidamente a hacer fotos y disfrutar de esta maravillosa jornada espeleológica.
Javier Santiago,2009

Sala Artabros

No hay comentarios:

Publicar un comentario